La Cumbre de Río, también conocida como Cumbre de la Tierra, se celebró en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, el año 1992. Su finalidad fue encontrar formas de combatir la degradación ambiental, dando origen a la “Declaración de Río Sobre el Medio Ambiente y Desarrollo", que posee 27 principios los que abarcan desde la protección del medio ambiente, el desarrollo de los países de forma sostenible, hasta la cooperación entre países para proteger, preservar y restablecer la salud e integridad del ecosistema de la Tierra, la responsabilidad de los Estados a promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente; así como la participación ciudadana en la protección del medio ambiente.
En la oportunidad hubo también importantes Convenios en materia ambiental:
i. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)
ii. Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB)
iii. Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (CNULD)
Para más información acerca de la “Declaración de Río Sobre el Medio Ambiente y Desarrollo", aquí
Esta convención, integrada por los países que participaron en la Conferencia de Río de 1992, actualmente cuenta con la ratificación de 196 Partes. En Chile, entró en vigor el 21 de marzo de 1994 y su objetivo es “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático” teniendo presente que “ese nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible”.
Su importancia radica en que es el instrumento marco más relevante en esta materia, ya que entrega las bases para el desarrollo de diversos compromisos posteriores, como son el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París. Además, al alero de esta Convención surge REDD+, mecanismo voluntario con un enfoque de políticas e incentivos para reducir las emisiones GEI.
REDD+ es un mecanismo de mitigación del cambio climático, desarrollado bajo la CMNUCC que busca reconocer y proveer incentivos positivos a los países en vías de desarrollo para proteger sus recursos forestales, mejorar su gestión y utilizarlos de manera sostenible con el fin de contribuir a la lucha global contra el cambio climático y sus efectos.
REDD es el acrónimo para referirse a “la Reducción de Emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la Deforestación y Degradación de los bosques”, a la que posteriormente se sumaría el “+”, a raíz de la 16° Sesión de la COP realizada en Cancún, México el año 2010, pasando a conocerse como REDD+, por la inclusión de la conservación de las reservas forestales de carbono, la gestión sostenible de los bosques y el incremento de las reservas forestales de carbono.
CONAF es punto focal de REDD+ en Chile, situación oficializada mediante Carta N°99, de 19 de febrero de 2014, emitida por los Ministros de Agricultura y de Relaciones Exteriores. Esto se ha materializado con la elaboración de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales.
Los informes bienales de actualización (IBA o BUR, biennial update reports), son parte de los requerimientos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Se crean a partir de la Conferencia de las Partes 16 del año 2010, donde su objetivo es que cada país entregue información actualizada sobre los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero y sobre las medidas de mitigación, las necesidades en esa esfera y el apoyo recibido, de esta forma, proporcionar información actualizada sobre la Comunicación Nacional más reciente en las áreas de:
Circunstancias nacionales y mecanismos institucionales,
Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, GEI,
Medidas de Mitigación y sus efectos, incluidas las metodologías empleadas,
Limitaciones, carencias y necesidades financieras, técnicas y de capacidad relacionadas con ellas,
Nivel de apoyo recibido para elaborar y presentar el informe de actualización bienal,
Medición, reporte y verificación efectuados a escala nacional.
Las Comunicaciones Nacionales son parte de los requerimientos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), corresponden a informes periódicos que presentan los países miembros para evaluar y evidenciar su situación frente a los temas de cambio climático, siendo uno de los instrumentos más valiosos para evaluar las emisiones de gases de efecto invernadero globales (INGEI) y la vulnerabilidad del país frente al cambio climático, donde se reporta lo siguiente:
Circunstancias nacionales,
Los resultados del inventario nacional de emisiones y absorción de Gases de Efecto Invernadero (GEI),
Los principales avances en los ámbitos de la vulnerabilidad del país y su adaptación al cambio climático,
La mitigación de GEI,
Obstáculos, brechas y necesidades financieras, técnicas y de capacidades identificados para el país durante el proceso de preparación de las Comunicaciones Nacionales.
Otras informaciones relevantes para el logro del objetivo de la convención.
Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por su sigla en inglés) son los compromisos asumidos por los países que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y que deben llevar a cabo para intensificar sus acciones contra el cambio climático, son una herramienta clave para medir la contribución de cada país para hacer cumplir los dos objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París:
Mantener el incremento de la temperatura global muy por debajo de los 2°C respecto a la era preindustrial, con esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C,
Fortalecer la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y aumentar la resiliencia.
Para más información de NDC de Chile visita aquí
Es un acuerdo internacional que surge en la Convención de Río de 1992 y que entró en vigencia el año 1996, contando actualmente con 194 Partes. Chile promulgó la Convención como Ley de la República el 12 de febrero de 1998 a través del Decreto Nº 2.065. Previamente, en 1997 se elabora el “Diagnóstico de la Desertificación en Chile” y el “Programa de Acción Nacional contra la Desertificación” (PANCD). Su preocupación se centra en el proceso de desertificación a nivel global, con especial atención en las personas que habitan esas zonas.
Chile adoptó el “Programa de Acción Nacional contra la Desertificación” (PANCD-Chile 1997), mediante la resolución N° 37/1997 del Consejo de Ministros del Medio Ambiente, en la cual se estableció que CONAF sería el Órgano de Coordinación Nacional y el Punto Focal Nacional para la Convención, lo cual es relevante ya que se coordinaron los instrumentos que derivan de los compromisos adquiridos alineando este documento con la Degradación de las Tierras y la Sequía (PANCD-Chile 2016-2030) y la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales.
Durante la 12° Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), celebrada en Ankara, Turquía, en octubre de 2015, se aprobó la meta 15.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el concepto de neutralidad de la degradación de las tierras (NDT) como un instrumento sólido para impulsar la implementación de la Convención, presentándose como un cambio de paradigma en las políticas y prácticas de gestión de la tierra, dado el enfoque único que contrarresta la pérdida esperada de tierras productivas con la recuperación de áreas degradadas, es decir, promueve un uso sustentable de los recursos de la tierra o en el mejor de los casos aumentar estos, compensando pérdidas por degradación u otras razones. Además, coloca directamente las medidas para conservar, administrar de manera sostenible y restaurar la tierra en el contexto de la planificación del uso de la tierra.
Chile ya cuenta con su "Reporte de Neutralidad en la Degradación de las Tierras", impulsado bajo el marco de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales, ENCCRV, administrada por CONAF.
Dentro de los hitos relevantes de Chile ante la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) se cuenta la elaboración del primer Programa de Acción Nacional con la Desertificación (PANDC) del año 1997, el cual fue actualizado en 2016, en línea con los objetivos de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales, ENCCRV, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS y el enfoque de Neutralidad en la Degradación de las Tierras (LDN).
Su finalidad es “identificar, prevenir y controlar las causas que provocan la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía, especialmente en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, así como fomentar el manejo sustentable de tierras en todos los ecosistemas del país, mediante la coordinación y concurrencia ordenada de acciones, programas y recursos de los organismos e instituciones vinculadas a la gestión de los recursos naturales”, mediante una estrategia de intervención que se fundamenta en los lineamientos de la CNULD y la ENCCRV, contándose con diversos antecedentes técnicos y participativos para definir las actividades a desarrollar en el territorio en áreas prioritarias desde la perspectiva social, ambiental y económica. Para cada objetivo operacional del PANCD se han identificado sesenta (60) actividades prioritarias concretas a desarrollar.
Más información en el sgte documento: Programa de Acción Nacional de Lucha Contra la Desertificación, la Degradación de Tierras y la Sequía PANCD-Chile 216-2030
En 2010, durante la COP-10 en Nagoya, Japón, se adoptó el Plan Estratégico para la Biodiversidad 2011-2020 y las Metas de Aichi. Esta decisión reconoce que a nivel global no se cumplieron los cuatro objetivos y metas del Plan Estratégico del Convenio sobre la Diversidad Biológica adoptado en 2002. Así, las Metas de Aichi representan un esfuerzo por levantar un mayor nivel de ambición aumentando las veinte metas y los objetivos estratégicos. Su objetivo es “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos (…)”, tiene como particularidad ser el primer acuerdo internacional que se preocupa de todos los aspectos de la biodiversidad, mostrando preocupación por los recursos genéticos, los ecosistemas y las especies.
Chile cuenta con una serie de directrices y convenciones internacionales con las que se debe alinear la Estrategia Nacional Cambio Climático y Recursos Vegetacionales, ENCCRV, dentro de las que destacan los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS. Chile en tanto Estado integrante de las Naciones Unidas, participó de la Cumbre para el Desarrollo Sostenible en septiembre de 2015. En dicha instancia se aprobó la Agenda 2030, que incluye 17 ODS, siendo especialmente relevantes para la ENCCRV los siguientes:
ODS-13 - “Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (implementando los acuerdos adoptados en el foro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático)”
ODS-15 - “Proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de las tierras, y frenar la pérdida de diversidad biológica”.
En la Estrategia, a su vez, confluyen dos grandes instancias internacionales de forma explícita: 1) CNULD, sustentada en la calidad de Punto Focal Nacional que posee la CONAF, y 2) CMNUCC especialmente en lo que se refiere al enfoque REDD+. Y además, avanza en una serie de Convenciones a las que Chile ha adherido, la principal de ellas es el Convenio de Diversidad Biológica, pero también integra RAMSAR, Reservas de la Biósfera de la UNESCO y CITES.
El año 2000, en el seno de las Naciones Unidas nace el Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques (UNFF). Su objetivo principal era promocionar "la gestión, conservación y desarrollo sostenible de todos los tipos de bosques y el fortalecimiento del compromiso político a largo plazo con este fin". La principal función del foro es lograr un entendimiento común y fortalecer el compromiso político de todos los países sobre el Manejo Forestal Sustentable para todo tipo de bosques, estableciendo un compromiso político a largo plazo para cumplir con este propósito, siendo CONAF el punto focal de Chile, participando regularmente del foro.
La Asamblea General de las Naciones Unidas (órgano rector de la ONU) ha sido la promotora del establecimiento de principios que guían el acontecer internacional, entre ellos, los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2000, que establecieron 8 objetivos de desarrollo humano a cumplirse al año 2015, y los ODS en el año 2015, los que establecen 17 principios de Desarrollo Sostenible a alcanzar desde el año 2016 al año 2030.
Tales principios si bien no son jurídicamente obligatorios, establecen un marco hacia el cual los países pueden dirigir sus esfuerzos, y la ONU espera que se adopten medidas en la línea de cumplir los objetivos establecidos. En este contexto es que constituyen el marco general dentro del que se ha diseñado la Estrategia Nacional de Cambio Climático y recursos Vegetacionales, ENCCRV. En específico, la Estrategia puso atención en los objetivos número 6, 8, 12, 13, y 15, relacionados directamente con criterios ambientales.
Más información en el "Manual de Estudios. Cambio Climático y Bosques: Regulación Jurídica Nacional e Internacional desde un Enfoque REDD+ y Aplicado a la ENCCRV (2017-2025) de Chile”
Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos
“Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (implementando los acuerdos adoptados en el foro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático)”.

Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad
“Proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de las tierras, y frenar la pérdida de diversidad biológica”.
Se trata de un instrumento de política pública que integra y orienta las acciones a tomar con respecto al cambio climático. Este plan se orienta a la implementación efectiva de medidas para adaptarse al cambio climático, así como la reducción de la vulnerabilidad del país, contribuyendo al mismo tiempo, al cumplimiento de los compromisos internacionales de Chile ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
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El Plan de Acción Nacional sobre Cambio Climático, entrega el marco conceptual y los lineamientos para la adaptación al cambio climático en Chile, y articula los Planes Sectoriales de adaptación que fueron comprometidos en el plan nacional de adaptación al cambio climático, para los sectores definidos como prioritarios, estos son: Silvoagropecuario, Biodiversidad, Pesca y Acuicultura, Salud, Servicios de Infraestructura, Ciudades, Energía, Turismo y Recursos Hídricos. Dada la relevancia de los impactos en dichos sectores y la necesidad de acciones de adaptación que aseguren un desarrollo sustentable en el país, evitando pérdidas en los ámbitos económico, ambiental y social.
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Departamento de Cambio Climático y Servicios Ecosistémicos (DCCSE)
Gerencia de Bosques y Cambio Climático (GBCC)
Corporación Nacional Forestal (CONAF)
Ministerio de Agricultura

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